ELA denuncia la sumisión del Gobierno vasco a las pruebas PISA y pide a Educación y a los centros de enseñanza que las suspendan

23/02/2018
ELA ha sabido que estos últimos días el Departamento de Educación del Gobierno vasco se está reuniendo con la dirección y docentes de los centros elegidos para preparar la prueba PISA. ELA pide al Departamento de Educación y a los centros escolares que suspendan las pruebas PISA. Hay que obviar estos exámenes que buscan poner la educación al servicio del mercado neoliberal y de las empresas y reforzar la inversión y los recursos destinados a ella para que nuestras escuelas y jóvenes puedan desarrollarse integralmente en todas sus dimensiones.

Tal como este sindicato ha denunciado repetidamente, queda en evidencia la exagerada preocupación y la sumisión del Gobierno vasco ante las pruebas PISA. Hay que recordar que este examen es uno de los principales instrumentos internacionales para la mercantilización, control y uniformización del sector educativo. La principal impulsora de PISA es la OCDE, baluarte de la economía capitalista neoliberal. Además, la prueba es diseñada, desarrollada y difundida por la transnacional Pearson, que pertenece a uno de los fondos de inversión más importantes del mundo, BlackRock. Este examen forma parte de una estrategia integral para poner el sector educativo al servicio de la economía neoliberal y de las necesidades empresariales. Las pruebas que incluye solo abarcan materias útiles para la economía actual, como la matemática o el cálculo, la aplicación científica y la capacidad de comunicación, mientras que deja de lado otras áreas o capacidades imprescindibles para el pleno desarrollo de la persona y de la sociedad: pensamiento, historia, creatividad, arte, capacidad crítica, cooperación, educación física...

Estas pruebas buscan no tanto evaluar como condicionar la actividad de los sistemas y centros escolares. De hecho, impulsados por la fiebre PISA, muchos responsables y centros del sector orientan el curriculum y los criterios de evaluación hacia la obtención de resultados en las áreas incluidas en dicho examen, y la consecuencia es que, con tal de alcanzar los mejores puestos en la prueba, se produce una carrera entre países, sistemas educativos y centros escolares, lo que desnaturaliza la finalidad principal de la educación, la pone al servicio de los mercados y la convierte en un artículo de consumo más en un mercado competitivo.

La mayoría de las reformas educativas realizadas en los últimos años en varios países, incluida la LOMCE o Heziberri, que nos quieren vender como algo muy nuestro, responden ante todo a esos objetivos.

De este modo, modificado el curriculum, los criterios y pruebas de evaluación y habiéndose entrenado suficientemente para las pruebas PISA, puede darse la paradoja de mejorar los resultados de la prueba, a pesar de reducir la inversión pública en educación, las aulas estén cada vez más llenas, las plantillas se recorten, se clasifique al alumnado o aumente la desigualdad.

La función de la educación no es adaptar al alumnado a las necesidades de la economía, y mucho menos obtener buenos resultados en PISA (objetivo primordial de la LOMCE y de muchas evaluaciones diagnóstico). Desde nuestro punto de vista el objetivo es contribuir al desarrollo integral de las personas y de la sociedad, en todas sus dimensiones (cognitiva, social, emocional y física), no mejorar la competitividad de la economía.

En consecuencia, ELA pide al departamento de Educación y a los centros escolares que suspendan las pruebas PISA. Hay que obviar estos exámenes que buscan poner la educación al servicio del mercado neoliberal y de las empresas y reforzar la inversión y los recursos destinados a ella para que nuestras escuelas y jóvenes puedan desarrollarse integralmente en todas sus dimensiones.