ELA exige a Osakidetza que dé pasos inmediatos para reforzar y desarrollar la sanidad pública, cuyas carencias han quedado en evidencia en la actual crisis sanitaria

24/08/2020
ELA pide al Gobierno Vasco un aumento de la partida presupuestaria destinada a sanidad: las políticas de recortes aplicadas en los últimos años han supuesto también un recorte en la inversión destinada a sanidad, especialmente visible en Atención Primaria. Debe aumentarse el presupuesto destinado a sanidad y equipararse a la media de la UE: 7% del PIB.

Si algo nos ha demostrado esta crisis sanitaria, es la importancia de la sanidad pública y la necesidad de reforzarla y desarrollarla. Sin duda alguna, las políticas de recortes y de desmantelamiento de los servicios públicos que se han puesto en marcha en los últimos años, han lastrado la respuesta a esta crisis y ello a pesar del enorme esfuerzo e implicación de la plantilla.

Tras lo vivido en los últimos meses y a la vista de los rebrotes que ya se están produciendo y de que el número de contagios no para de aumentar, Osakidetza debe adoptar, de manera inmediata, las medidas necesarias para garantizar tanto la salud y seguridad de su plantilla, como la asistencia sanitaria a la población, asistencia que hoy se hace más necesaria que nunca. La falta de planificación y de previsión que ha venido sufriendo la plantilla a la hora de afrontar los  momentos más críticos de la pandemia, no pueden, de ninguna manera volver a reproducirse.

Sin embargo, contemplamos que, a día de hoy, desde el Departamento de Salud no se han dado pasos para que los/as profesionales de Osakidetza puedan realizar su trabajo y hacer frente a la pandemia de manera adecuada y garantista. La situación que durante este verano está viviendo la Atención Primaria es un buen ejemplo de ello. Tristemente, la sobrecarga que sufren los/as profesionales de Primaria un verano tras otro no es nueva, se produce año tras año sin que el Departamento de Salud ponga en marcha soluciones. No en vano, esa misma situación fue la que derivó en las tres jornadas de huelga del año pasado.

Este año, sin embargo, esa sobrecarga es más evidente y palpable porque a la ya habitual, se le añade todo el trabajo derivado de la actual crisis sanitaria. Así, y a pesar de que las consecuencias y efectos del coronavirus son una realidad desde hace meses, la planificación del verano que ha hecho Osakidetza ha sido la de los últimos años: Atención Primaria funcionando al 50% (o menos en algunos casos) y cierre del 20% de las camas de los hospitales. En este escenario, la presión hospitalaria va en aumento mientras que la situación de la Primaria es, sencillamente, insostenible.

Es necesario adoptar medidas inmediatas para afrontar un otoño que, cada vez es mas evidente, será complejo en nuestra sanidad. Pero no debemos quedarnos sólo en lo inmediato, sino que es urgente hacer una apuesta de futuro y abordar el refuerzo y desarrollo que requiere Osakidetza, cuyas carencias han quedado más en evidencia que nunca en esta pandemia. El verdadero problema es el desmantelamiento y la falta de inversión en sanidad pública, especialmente visible en la Atención Primaria. Es urgente mejorar las condiciones laborales y aumentar los recursos humanos y materiales de la sanidad de una vez por todas.

El pasado 28 de julio, desde ELA presentábamos al Departamento de Salud un decálogo de medidas preventivas y organizativas para proteger la seguridad y la salud de la plantilla y garantizar la asistencia a la población ante los rebrotes. Esas medidas son hoy más necesarias que nunca a la vista de la propagación del virus: es imprescindible doblar la plantilla de las unidades básicas de prevención; sustitución de todas las vacaciones y resto de ausencias del personal y refuerzo de personal en las áreas y categorías sensibles, tanto en Atención Primaria como hospitalaria; acopio de material de protección suficiente y adecuado; con carácter previo a su ingreso, intervención o prueba diagnóstica, que se realice a los pacientes una prueba PCR que se repita dentro de los 15 días siguientes (si la persona continua ingresada); test periódicos a toda la plantilla; evaluación individualizada del riesgo de exposición y de riesgos laborales de cada uno de los puestos de trabajo; protocolos adecuados, homogéneos y claros; que se declare en en situación de incapacidad temporal a los/as trabajadores/as calificados/as como personas vulnerables o de riesgo; reforzar y protocolizar la limpieza y desinfección de las zonas de trabajo; garantizar que los espacios de trabajo de todas las categorías cumplen con las medidas de prevención y protección  (separación entre trabajadores/as, ventilación, mamparas, limpieza, etc.); y evaluación de los altos índices de contagio que se han venido produciendo en algunas categorías que, a priori, no tienen ningún contacto con el paciente, y aplicación de medidas correctoras.

Pero más allá de estas medidas inmediatas, el Departamento de Salud debe poner en marcha medidas de calado y de futuro que garanticen un sanidad pública de calidad y que nos permitan hacer frente a situaciones como la que estamos viviendo:

  • Aumento de la partida presupuestaria destinada a sanidad: las políticas de recortes aplicadas en los últimos años han supuesto también un recorte en la inversión destinada a sanidad, especialmente visible en Atención Primaria. Debe aumentarse el presupuesto destinado a sanidad y equipararse a la media de la UE: 7% del PIB.
  • Deben revertirse todos los recortes aplicados en los últimos años: recuperación del poder adquisitivo, Itzarri, desarrollo profesional, primas de jubilación anticipada. Los profesionales de Osakidetza han sido uno de los colectivos afectados por las políticas públicas de recortes aplicada en los últimos años por el Gobierno Vasco.
  • Consolidación del empleo temporal: a día de hoy, el 40% de la plantilla de Osakidetza es temporal, más de 15.000 trabajadores/as tienen un contrato temporal. La plantilla encadena contratos y destinos temporales durante años hasta que, en el mejor de los casos, consiguen una plaza fija. Hay trabajadores/as que llegan a la edad de la jubilación siendo temporales. Es imprescindible consolidar a esa plantilla.
  • Aumento de la plantilla estructural: en la actualidad, existen miles trabajadores/as con contratos temporales ocupando puestos ocultos en fraude, que no forman parte de la plantilla estructural. Además de ello, la plantilla actual no tiene la dimensión adecuada para poder hacer frente al volumen de trabajo existente. Es por ello que urge aumentar la plantilla creando 5.000 nuevos puestos de trabajo.
  • La reversión de los servicios privatizados con el mantenimiento del empleo.

Una sanidad pública da calidad pasa por la mejora de las condiciones laborales de la plantilla y el aumento de los recursos humanos y materiales de Osakidetza. Mucho se habla estos días de la escasez de médicos/as de familia. No se cuenta, sin embargo, que ello deriva de la inacción y falta de planificación del Departamento de Salud ante una situación que sabían que iba a llegar (los MIR que salen de cada convocatoria no cubren el alto número de jubilaciones que se han producido y se van a producir) y del maltrato sistemático al que se ha sometido y se somete a los profesionales, lo que ha motivado una fuga a la sanidad privada, al extranjero o a otras especialidades. En los últimos 9 años, en el estado español, se han solicitado por parte de médicos/as alrededor 17.800 certificados para trabajar en el extranjero.

Exigimos al Departamento de Salud que dé pasos inmediatos y de calado y que cambie de raíz sus políticas en materia de salud. En caso contrario, utilizaremos todas las herramientas a nuestro alcance, incluida  la movilización.