Finaliza el congreso de refundación del sindicalismo internacional

03/11/2006
El 3 de noviembre culminó en Viena el proceso de constitución de una nueva central sindical internacional CSI (Confederación Sindical Internacional), como consecuencia de la fusión de las dos grandes internacionales CMT (Confederación Mundial del Trabajo) y CIOLS (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres). La nueva internacional agrupa a 306 organizaciones sindicales, que representan en torno a 168 millones de trabajadores en 154 países. Guy Ryder será el secretario general, y ELA formará parte del Consejo de dirección.

ELA, que participa en este congreso de fundación como organización afiliada a la CIOSL y la CMT, asiste a este congreso con una delegación encabezada por su secretario general, José Elorrieta y la responsable del área internacional, Laura González de Txabarri.

La CSI pretende ser una organización “unitaria y pluralista, abierta a la afiliación de centrales sindicales democráticas, independientes y representativas, que respeten su autonomía y la diversidad de sus fuentes de inspiración, así como sus formas organizativas”. En este sentido, ELA considera que la necesidad de sumar fuerzas y optimizar los recursos para hacer frente a la globalización neoliberal era evidente.
Un hecho que también ha sido destacado por el secretario general de ELA, José Elorrieta, ya que “es la primera vez que el movimiento sindical, que tradicionalmente ha luchado dividida, se manifiesta unida para hacer frente a los grandes retos de la globalización”

El congreso ha aprobado los Estatutos y el Reglamento que regirán el funcionamiento de la nueva organización, con el objetivo de “unir y movilizar a las fuerzas democráticas e independientes del sindicalismo mundial, a fin de aportar una representación efectiva a los trabajadores y trabajadoras, independientemente de dónde trabajen y en qué condiciones.” La Declaración de Principios de la CSI “defiende fervientemente el mantenimiento y reforzamiento de la paz y reivindica un mundo libre de armas de destrucción masiva y el desarme general”. Además, “proclama el derecho de todos los pueblos a la autodeterminación y a vivir libres de cualquier agresión y totalitarismo, bajo el gobierno que ellos mismos elijan. Rechaza el recurso a la guerra para resolver los conflictos, y condena el terrorismo, el colonialismo y el militarismo, así como el racismo y el sexismo”.


La defensa y promoción de “los derechos e intereses de todos los trabajadores y trabajadoras, sin distinción, y obtener en particular una compensación justa por su trabajo en condiciones de dignidad, justicia y seguridad en el trabajo y en la sociedad en general”, es otro de los apartados recogidos en la declaración de intenciones de la nueva organización internacional.