Las auxiliares de Ayuda a Domicilio Municipales trabajan a diario sin garantías para su salud y la de las personas a las que atienden en este contexto de crisis sanitaria

Desde que comenzara la crisis del coronavirus covid-19 las delegadas de ELA vienen reclamando a sus empresas protocolos para la adopción de las medidas necesarias encaminadas a garantizar la correcta prestación del servicio de ayuda a domicilio, así como para preservar su salud y la de las personas usuarias. Sin embargo, desde que el 14 de marzo el Gobierno del Estado decretara el estado de alarma sanitaria, la situación no ha mejorado sino que cada día se complica más.

Los protocolos están llegando tarde. Ante la ausencia de directrices por parte de las empresas, las delegadas de ELA comenzaron a hacer requerimientos de protocolos específicos a las direcciones. Estos protocolos ya existen en la mayoría de las empresas, pero han llegado tarde y sin la formación necesaria para cumplirlos adecuadamente.

Los protocolos son insuficientes, dada la naturaleza del servicio que se presta en domicilios particulares. La actualización de las Evaluaciones de riesgos en el puesto de trabajo son incompletas. ELA viene exigiendo que ante el factor de incertidumbre sobre la presencia de este agente biológico, la evaluación se debe realizar atendiendo al principio de precaución, dando por segura su presencia. Sin embargo, los protocolos siguen insistiendo en jerarquizar a las personas que reciben ayuda domiciliaria en tres grupos: a- b-y c- , a criterio además, de la empresa o de la trabajadora.

Hay una falta de coordinación y control manifiesta entre las empresas y los servicios sociales municipales. Las auxiliares acuden a los domicilios a prestar el servicio habitual, sin saber qué se van a encontrar, siendo ellas quienes en muchos casos tienen que ponerse en contacto con las coordinadoras de sus empresas para preguntar.

No hay EPIs para todas las trabajadoras. Difícilmente se podrán cumplir estos protocolos si quienes deben seguirlos carecen de los EPIs necesarios (guantes, mascarillas, batas, gafas, ..). A día de hoy, las empresas reconocen la falta de EPIs y desconocen cuándo podrán disponer de ellos.

Ante la gravedad de la situación, y la falta de respuesta de las empresas, las delegadas de ELA han comenzado a dirigir sus reclamaciones de medidas preventivas tanto a Ayuntamientos como a Mancomunidades, por ser las instituciones titulares de los servicios y por tanto co-responsables de lo que está sucediendo.

ELA considera muy grave lo que está ocurriendo en el servicio de ayuda a domicilio. Se está poniendo en riesgo la salud de la plantilla y, teniendo en cuenta las características virulentas del COVID-19, en general la del resto de la población.

De hecho, ya hay casos de trabajadoras que tras haber avisado a sus empresas de que han estado en contacto con personas usuarias que han sido determinadas con coronavirus, no han sido retiradas del servicio y han seguido ejerciendo su trabajo hasta 3 días más en el domicilio de otras personas usuarias.

ELA va a seguir trabajando para asegurar la salud de las auxiliares y las personas usuarias exigiendo cuantas medidas de seguridad sean necesarias, así como equipos de trabajo adecuados o sistemas de desinfección entre otros. Y en esta línea se han comenzado a interponer denuncias en Inspección de trabajo.

Sabemos que la ayuda a domicilio, dada su naturaleza, es un servicio de los considerados esenciales, pero lamentablemente ni empresas ni ayuntamientos están demostrando estar a la altura de las circunstancias.

Es por ello que ELA solicitó el 17 de marzo reunión urgente con EUDEL, en representación de las instituciones locales vascas titulares del servicio, y con la Dirección de Trabajo de Gobierno Vasco, ya que a ella le corresponde velar por las condiciones de las trabajadoras. A estas horas, aún no tenemos respuesta.