Miles de trabajadoras reivindican que los cuidados profesionales deben ser públicos y basados en la persona y no en el negocio

17/11/2020
Miles de trabajadoras han participado en las manifestaciones y actos de protestas convocadas con motivo de la huelga convocada en los sectores de cuidados profesionales de todo Hego Euskal Herria. Además numerosas personas y colectivos se han sumado a las movilizaciones. ELA denuncia los servicios mínimos totalmente abusivos decretados por el Gobierno Vasco y el Gobierno de Navarra, lo que ha imposibilitado el derecho de huelga a muchas trabajadoras.

Tras realizar concentraciones a primera hora en los centros de trabajo para denunciar los servicios mínimos abusivos y solidarizarse con las trabajadoras que han visto conculcada su derecho a la huelga, se han celebrado diferentes concentraciones y manifestaciones por todo Hego Euskal Herria.

Los actos más multitudinarios se han celebrado en Iruña, Donostia, Gasteiz y Bilbao. En este último acto ha participado el secretario general Mitxel Lakuntza. Las movilizaciones han tenido numerosos apoyos: asociaciones de familiares como Babestu o Gipuzkoako Senideak entre otros; diferentes plataformas de pensionistas; colectivos feministas...

En las movilizaciones se ha interpelado tanto a las tres Diputaciones Forales como a los Ayuntamientos así como los Gobiernos de Gasteiz e Iruña para exigirles que de manera inmediata cambien el actual modelo que se basa en el negocio y no en las personas. Un modelo que defienden, con uñas y dientes, a pesar de que saben perfectamente que no garantiza unas condiciones de vida dignas ni a las trabajadoras ni a las personas usuarias. Esto se puede comprobar claramente en los cientos de muertos y miles de trabajadoras contagiadas con motivo del Covid-19. Un modelo donde la gran mentira de la colaboración publico–privada esconde:

  • Plantillas absolutamente insuficientes y unos ratios inhumanos que traen consigo unas cargas de trabajo inasumibles y que no garantizan tiempos de atención suficientes, violando así mismo el derecho de las personas a ser cuidadas.
  • Calendarios inhumanos, agendas saturadas o una disponibilidad total.
  • Unos salarios que no garantizan llegar a fin de mes, realidad que sostiene la brecha salarial.
  • La falta de inversión en medios materiales y de medidas de protección, que pone en grave riesgo tanto la salud tanto de las trabajadoras como la de las personas usuarias.
  • Atención deficiente, deshumanizada, que se sostiene en exclusiva en el esfuerzo extraordinario de las trabajadoras.
  • Una privatización galopante y el beneficio de las empresas que buscan por encima de todo y de todos el aumento de los mismos, los cuales aumentan en la medida que disminuyen las plantillas, empeoran las condiciones o se reduce el tiempo de atención.

Por ello, se ha exigido que de manera inmediata, se apueste por un modelo de cuidados público, un modelo donde las trabajadoras no vayan con miedo a trabajar. Un sistema blindado frente a intereses capitalistas o partidistas. Que garantice lo siguiente:

  • Un sistema donde todo el personal sea público, garantizando la subrogación y la fijeza a todas las trabajadoras que hemos vivido la lacra de la subcontratación y la temporalidad.
  • Un sistema donde con unas plantillas y con ratio suficientes se garanticen un cuidado cercano y afectuoso. Un sistema donde las personas Para que los cuidados de las personas sean atendidas de manera digna e integral en los distintos ciclos de la vida, desde que nacemos hasta que morimos. Un modelo de cuidados basado en la cercanía, el trato de calidad y el respeto a la autonomía de las personas.
  • Un sistema con unas condiciones laborales dignas, que posibiliten que podamos llegar a fin de mes y que reconozcan el valor social y productivo de los cuidados.
  • Un sistema con medidas reales para eliminar la brecha de género
  • Medidas efectivas para garantizar la salud laboral,en especial la prevención de los riesgos psicosociales.
  • Y un sistema con un plan de reparación emocional para las trabajadoras que palie, al menos en parte, las graves secuelas que nos está dejando la pandemia.