CRUZ ROJA GIPUZKOA

Piden que se apliquen las tasas salariales y horas del convenio de Intervención Social de Araba

19/05/2023
Convocada por ELA, la plantilla de Cruz Roja Gipuzkoa ha llevado una concentración en Donostia para exigir que se aplique la sentencia del Tribunal Superior de Justicia que obliga a la empresa a aplicar las tasas salariales y horas del convenio de Intervenvión Social de Araba; convenio del que Cruz Roja Gipuzkoa decidió desvincularse hace más de 10 años. La empresa, sin embargo, no se ha pronunciado al respecto y ha decidido recurrirla al Tribunal Supremo. Desde que se desvinculara del convenio de Intervención Social de Araba, las condiciones de la plantilla, sobre todo salariales, han ido año tras año en detrimento, frente a un Convenio que se ha ido actualizando al alza (y que en la actualidad está en proceso de negociación). El último Convenio de Cruz Roja marca un salario base inferior al que se estipulaba en el primer Convenio de Intervención Social de Gipuzkoa en 2011. En este tiempo la pérdida de poder adquisitivo respecto al sector ha sido del 16,4%, 60.853,36 euros brutos. Las subidas salariales han sido escasas y siempre inferiores al IPC. Como consecuencia, la plantilla cada vez está más empobrecida y se ve obligada, en muchos casos, a solicitar Ayudas Económicas Sociales para compensar los bajos salarios.

Con el convenio en ultraactividad desde el 31 de diciembre de 2020, la empresa no quiere negociar ninguna mejora salarial ni rebaja de las horas anuales a la plantilla. Así las cosas, el comité de empresa se ha visto obligado a abrir una vía judicial que se ha alargado durante un año. El 13 de diciembre de 2022 se celebró el juicio en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, y el 9 de enero de 2023 se notificó la sentencia favorable a la plantilla.

Todo ello supone un desgaste para una plantilla que lleva en una situación de desigualdad con respecto al sector, con un salario muy inferior y unas horas anuales superiores: alrededor de los 7.000 euros menos de salario y realizando 89 horas más en el grupo mayoritario de la plantilla. Se trata, además, de una plantilla que ha intensificado su labor en época de pandemia, a la que cada vez se le exige más, pero se le niegan más derechos.

Así, denuncian que deniegan, sistemáticamente, las solicitudes de Teletrabajo de la plantilla que en época de pandemia eran un planteamiento de la propia empresa; se han negado a subir el IPC que ya cobran ellos por parte de las administraciones; no se cubren muchas de las bajas derivadas del estado precario de la plantilla; no se da respuesta a los planteamientos del sindicato.

La precariedad de la plantilla se ve reflejada incluso en las nuevas realidades como la subida del Salario Mínimo Interprofesional, que ya es superior al salario de una parte de la plantilla.