Lideres en temporalidad y siniestralidad
Las estadísticas sobre siniestralidad siguen siendo inaceptables, no siguen recordando que hay un grave problema que no se aborda de forma decidida. Las causas de la siniestralidad las conocemos pero no se combaten de forma decidida anteponiendo otros intereses y objetivos.
Las personas con empleo temporal y de las subcontratadas tienen mayor riesgo de padecer un accidente. Las personas con empleo temporal sufren prácticamente dos veces y media más accidentes que las fijas. Y en el año 2004, el 58% de las victimas de accidentes graves y el 65% de los mortales eran personas que trabajaban en esa relación contrata- subcontrata.
Tenemos el triste honor de seguir liderando al nivel de la UE, un año más de forma destacada, dos estadísticas: lideres en temporalidad y lideres en siniestralidad.
El año 2004 en Euskal Herria se contabilizaron 62.115 accidentes de trabajo de los cuales 61.384 fueron calificados como leves, 639 como graves y 92 fueron mortales.
No faltará quien diga, ya lo han hecho, que los datos de siniestralidad de 2004 son mejores que los de 2003, ocultando, por una parte, que en el 2004 se cambió el sistema de notificación de accidentes y se produjo un problema de infranotificación que nadie discute. De hecho el ritmo de accidentes notificados en los dos primeros meses del año 2005, que son los datos oficiales de Osalan de los que se dispone, nos lleva a concluir que este año se superará holgadamente el número de accidentes.
El hecho de que en lo que va de año ya sean 29 las personas que han fallecido como consecuencia de accidente de trabajo, nos vuelve a recordar que seguimos en la inaceptable cota de 100 personas fallecidas al año como consecuencia de accidente de trabajo, donde los números oscilan ligeramente pero no por la adopción de medidas eficaces en el campo de la siniestralidad.
Tenemos que recordar además que las estadísticas oficiales, ya de por sí muy elevadas, sin embargo no lo dicen todo. Con el fin de evitar investigaciones, sanciones o dañar su imagen las empresas evitan, en la medida de lo posible la declaración de accidentes laborales.
Por otro lado en muchas ocasiones enfermedades contraídas como consecuencia del trabajo no se declaran como enfermedades profesionales. Las estadísticas sólo recogen una pequeña parte de los casos que se producen realmente. El cuadro de enfermedades profesionales, que es de 1978, está totalmente desfasado. Es lamentable que el cuadro de enfermedades profesionales no se modifique, desoyendo incluso recomendaciones de la propia Comisión Europea.
Esta situación no es consecuencia ni de la fatalidad, ni de la mala suerte, tiene causas y responsables:
- Los empresarios y el abuso de la temporalidad.
- La avaricia patronal y la intensificación de los ritmos de trabajo.
Se da un aumento de las exigencias del trabajo por factores como: trabajo nocturno, en fin de semana, falta tiempo para acabar el trabajo, el tener que trabajar muy rápido... En la construcción muchos de los accidentes se producen después de la jornada regular. - El papel de las Administraciones: la permisividad como posición política
Las distintas administraciones son corresponsables de la situación, la asunción de la lógica neoliberal les lleva a ejercer sus atribuciones al servicio de la patronal y su objetivo de acumulación de riqueza. Por ello la aprobación de leyes y decretos (como la Ley de Prevención de Riesgos Laborales) que, si hubiese otra voluntad, podrían propiciar avances importantes, se convierten en papel mojado.
El papel de la Inspección de Trabajo debería de ser fundamental para abordar la problemática de la siniestralidad, pero el número de Inspectores es absolutamente insuficiente, generalista, no especializado en Seguridad y Salud, y se dedica mucho más a los aspectos económicos de la Seguridad Social (altas y bajas, infracciones, cotizaciones). Esta situación da buena muestra de la voluntad real de la Administración.
Tampoco el Código Penal y la Administración de Justicia dan una respuesta adecuada al problema. ¿Cuántos empresarios han ido a la cárcel por incumplir de forma grave el deber de seguridad, cuando consecuencia del accidente por el incumplimiento, se ha producido la muerte de trabajadores o trabajadoras?
No conocemos ningún caso.
Tampoco las instituciones autonómicas, en el marco de sus insuficientes competencias, muestran voluntad distinta. Bien al contrario, ni Osalan, organismo autónomo para la salud de la CAPV, ni el Instituto Navarro de Salud Laboral han puesto en marcha políticas eficaces. La falta de medios, el incumplimiento de sus propios planes, y una autolimitación en el ejercicio de sus competencias para evitar molestias a los empresarios, evidencian la nula voluntad de abordar de forma decidida su papel en esta materia.
El negocio de las Mutuas
En la medida que se han ampliado sus atribuciones se han convertido, de forma cada vez más nítida, en enemigos de la salud de los trabajadores y trabajadoras guiándose en su actuación por criterios exclusivamente economicistas.
La Seguridad y Salud Laboral también discrimina a la mujer.
La mujeres ocupan puestos de trabajo menos cualificados y con peores condiciones de trabajo, trabajan en sectores distintos y realizan trabajos diferentes, en consecuencia sus problemas de salud son diferentes. Sufren muchas enfermedades profesionales derivadas del trabajo repetitivo, cargas, posturas, estrés o acoso. La discriminación de la mujer en el mundo del trabajo hace que sus problemas de salud sean invisibles. Además, aun realizando un trabajo remunerado, continúan teniendo la responsabilidad principal en el trabajo del hogar y de la atención de las personas dependientes de la familia, y esto tiene efectos negativos en la salud.