Residencias de Bizkaia: cuando cuidar enferma

ELA denuncia que la ley de prevención no se cumple

ELA denuncia que la ley de prevención no se cumple
Pese a que los informes de las propias empresas reconocen que tres de cada cuatro trabajadoras están en riesgo y se necesita más personal, no se adoptan medidas a las que por ley están obligadas. ELA inicia en residencias la campaña `Cuando cuidar enferma´ para abordar esta problemática y trabajar así las alternativas de solución.

La Ley de Prevención no se cumple en las residencias de Bizkaia (5.800 personas trabajadoras). Así lo acreditan los informes de evaluación de riesgos psicosociales de residencias como Sanitas (Barakaldo), Domus Vi (Ibaizabal-Arrigorriaga) y Abeletxe (Vitalia Home, Ermua) que ha analizado el sindicato, informes de los que concluye que tres de cada cuatro trabajadoras del sector está en riesgo por exceso de trabajo y falta de personal. Concretamente, el 96,8% de las gerocultoras, el 70% del personal de lavandería y cocina, el 71,4% del personal sanitario y el 84% del personal administrativo.

La Ley exige a las empresas establecer medidas preventivas para asegurar la salud de las personas trabajadoras. Para ello, primero se les requiere evaluar y recoger en un informe los factores de riesgo existentes, y en base al resultado, organizar las cargas de trabajo de una forma saludable. Sin embargo, tras el análisis de dichos informes, ELA ha corroborado que esto no ocurre en las residencias de Bizkaia. Es más, existen informes de años anteriores alertando de la situación y apuntando a la necesidad de incrementar el personal en los centros de trabajo, pero las empresas han ignorado estos resultados, incumpliendo lo establecido en la ley, concretamente los artículos 16.1 LPRL y 12.1 a LISOS, al no haberse integrado estos mecanismos de prevención para su elaboración.

Esta realidad no ha hecho más que empeorar a raíz de la aprobación del último decreto de la ratio. Ésta ha supuesto una bajada de horas de atención de 2.388 al año y no da respuesta, además, a la alta diversidad y complejidad en los perfiles de las personas residentes. El resultado: menos personal y más cargas de trabajo, lo que conlleva directamente un aumento de los riesgos psicosociales y ergonómicos, comprometiendo la calidad asistencial y el bienestar tanto de profesionales como de las personas residentes.

Estas decisiones políticas y empresariales están generando, de manera consciente, un impacto físico, mental y social que está enfermando a las trabajadoras y a sus personas más allegadas, así como empeorando el propio servicio.

Testimonios: “Me siento fatal”

Las propias trabajadoras así lo han corroborado en la rueda de prensa ofrecida en la sede del sindicato ELA. Estos son sólo algunos de los testimonios: “Salgo de mi turno de trabajo y no quiero hablar con nadie, sólo quiero dormir”; “Aumenta mi ansiedad a medida que me acerco al centro de trabajo. Reloj, teléfono, gritos, prisas, duchas, desayunos, más prisas… Otro día más, no tenemos manos para hacer nuestro trabajo”; “Me siento fatal porque a pesar de no parar en todo el turno, hay muchas cosas pendientes que les cargo al turno siguiente”; “Me bajarán a dirección porque me han visto sentada hablando con una residente en lugar de sacar trabajo como si de una empresa de producción se tratase”; “La empresa me pide hacer tareas inalcanzables sabiendo la falta de recursos materiales y personales que existen”.

Para llevar esta problemática a las residencias, ELA ha puesto en marcha la campaña `Cuando cuidar enferma´. Para ello, realizará encuestas a las trabajadoras para recabar información sobre la situación real en cada centro en materia de riesgo psicosocial y físico, así como para abordar éstas y otras cuestiones en las reivindicaciones de cara al Convenio que se tiene que negociar el próximo año. Para ello, se analizarán factores como las cargas de trabajo excesivas, tiempos y ritmos de trabajo, falta de sustituciones, eventualidad, saturación de usuarios y ratios de ocupación, trato con personas y demandas psicológicas (relaciones interpersonales, emociones…), cambios organizativos mal gestionados o precariedad laboral, entre otras cuestiones. Factores que se han detectado en los citados informes como factores de riesgo pero que, sin embargo, no se han tenido nunca en cuenta a la hora de elaborar el decreto de la ratio.

Recordemos que las delegadas de ELA llevan años trabajando y saliendo a la calle para denunciar las excesivas cargas de trabajo en los centros de trabajo. Grave situación que afecta a la salud e impide garantizar el tiempo necesario de atención a las personas residentes. Con esta nueva campaña, ELA quiere dar un paso más en la defensa de las condiciones de trabajo y de vida de las trabajadoras, familiares y residentes en las residencias de Bizkaia.